Las etiquetas térmicas protegidas además de poder imprimirse sin necesidad de transfer o ribbon, aportan mayor durabilidad y resistencia, por lo que son una solución práctica y económica a cualquier negocio.
Las etiquetas térmicas se suelen usar para usos donde la etiqueta no deba durar mucho tiempo o que no esté sometida a entornos difíciles ya que debido a su propia composición, se terminan dañando con el paso del tiempo, las rozaduras o la exposición a la luz directa, no obstante, las etiquetas térmicas protegidas o tratadas, tienen una mayor resistencia a las rozaduras, evitando así daños innecesarios a la etiqueta por despistes o una manipulación o transporte inadecuadas.